A veces nos cuesta distinguir entre las necesidades reales y los deseos. Con esta actividad intentaremos que los niños y niñas valoren lo que es realmente importante, y su situación afortunada frente a otros niños y niñas.
Para hacer esta actividad necesitaremos:
Se forman pequeños grupos de cuatro o cinco personas.
El/la maestro/a entrega a cada grupo un juego de tarjetas de deseos y necesidades ,algunas de ellas en blanco, para que incorporen aquello que echen en falta.
Se les explica la siguiente hipótesis:
Imaginaos que en la ciudad donde vivimos salta la alarma ante la inminencia de un ataque nuclear. Cada grupo puede llevarse al refugio 15 cosas o personas. Ha de elegir bien ya que éstas serán las imprescindibles para una futura vida en la que pueden faltar muchos elementos para el desarrollo humano.
Debido a la gran cantidad de personas que se espera que acudan al refugio, deben prescindir de cuatro cosas o personas apuntadas en su lista anterior.
Cuando sólo tienen once cosas, se les avisa de que, por fallos de seguridad en el refugio, su capacidad para albergar personas y objetos se ha reducido. Sólo pueden acudir con 4 elementos de su lista.
Cuando todos los grupos han terminado, se plantean las siguientes cuestiones a toda la clase:
En general, ¿qué artículo se ha abandonado más a menudo en la primera ronda? ¿Fue fácil el acuerdo?
¿Y en la segunda ronda? ¿Fue fácil el acuerdo? ¿Por qué?
¿Sabrían ahora diferenciar entre deseos y necesidades?
Solicitar que pongan ejemplos.
¿Las necesidades básicas pueden considerarse derechos?
Pedir que citen algunos derechos que estén recogidos en la relación anterior y en los que todos estén de acuerdo.
¿Se les ocurre algún otro derecho de los niños y niñas que no figure en la relación? Si es así, exponedlo y defended su importancia ante el grupo.
Esta actividad puede servir par introducir la Convención de los Derechos de la Infancia.
Fuente:
Todos los derechos para todos los niños y niñas. Cuaderno de actividades para Ed. Primaria. UNICEF. www.enredate.org
Fichero de actividades para trabajar la solidaridad. Dinámica de las necesidades básicas, Pág. 63. Hegoa
Para hacer esta actividad necesitaremos:
- Tarjetas con imagenes sobre necesidades y deseos
Se forman pequeños grupos de cuatro o cinco personas.
El/la maestro/a entrega a cada grupo un juego de tarjetas de deseos y necesidades ,algunas de ellas en blanco, para que incorporen aquello que echen en falta.
Se les explica la siguiente hipótesis:
Imaginaos que en la ciudad donde vivimos salta la alarma ante la inminencia de un ataque nuclear. Cada grupo puede llevarse al refugio 15 cosas o personas. Ha de elegir bien ya que éstas serán las imprescindibles para una futura vida en la que pueden faltar muchos elementos para el desarrollo humano.
Debido a la gran cantidad de personas que se espera que acudan al refugio, deben prescindir de cuatro cosas o personas apuntadas en su lista anterior.
Cuando sólo tienen once cosas, se les avisa de que, por fallos de seguridad en el refugio, su capacidad para albergar personas y objetos se ha reducido. Sólo pueden acudir con 4 elementos de su lista.
Cuando todos los grupos han terminado, se plantean las siguientes cuestiones a toda la clase:
En general, ¿qué artículo se ha abandonado más a menudo en la primera ronda? ¿Fue fácil el acuerdo?
¿Y en la segunda ronda? ¿Fue fácil el acuerdo? ¿Por qué?
¿Sabrían ahora diferenciar entre deseos y necesidades?
Solicitar que pongan ejemplos.
¿Las necesidades básicas pueden considerarse derechos?
Pedir que citen algunos derechos que estén recogidos en la relación anterior y en los que todos estén de acuerdo.
¿Se les ocurre algún otro derecho de los niños y niñas que no figure en la relación? Si es así, exponedlo y defended su importancia ante el grupo.
Esta actividad puede servir par introducir la Convención de los Derechos de la Infancia.
Fuente:
Todos los derechos para todos los niños y niñas. Cuaderno de actividades para Ed. Primaria. UNICEF. www.enredate.org
Fichero de actividades para trabajar la solidaridad. Dinámica de las necesidades básicas, Pág. 63. Hegoa
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